¡Vaya día que llevo! Nunca pensé que una pequeña pieza de metal me causaría tantos problemas. Resulta que esta mañana, mientras desayunaba tranquilamente, ¡se me despegó un bracket! Sentí un «clic» extraño en la boca y, al mirarme al espejo, ahí estaba el culpable, colgando de un hilo.
Entré en pánico. Llevo ortodoncia desde hace meses y sé lo importante que es que los brackets estén bien sujetos para que el tratamiento funcione correctamente. Así que, con la boca llena de alambres y un bracket rebelde, empecé a buscar un laboratorio de ortodoncia Narón que me pudiera atender de urgencia.
Por suerte, recordé que una amiga me había hablado del Laboratorio Dental Trasancos, un centro especializado en ortodoncia con muy buena reputación. Llamé por teléfono y, para mi alivio, me dieron cita para esa misma mañana.
Llegué al laboratorio con los nervios a flor de piel. Me recibió una recepcionista muy amable que me tranquilizó y me explicó que me atendería un protésico dental especializado en la reparación de aparatos de ortodoncia.
El protésico me examinó la boca con mucha atención y me explicó que el bracket se había despegado porque el cemento se había debilitado. Con mucha paciencia y habilidad, limpió la zona, preparó el nuevo cemento y volvió a colocar el bracket en su sitio.
Mientras trabajaba, me explicó la importancia de cuidar la ortodoncia, evitando comer alimentos duros o pegajosos y cepillándome los dientes después de cada comida. También me recomendó que acudiese a revisiones periódicas con mi ortodoncista para controlar la evolución del tratamiento.
En menos de media hora, mi bracket estaba de vuelta en su lugar y yo podía respirar tranquila. Me despedí del protésico agradeciéndole su profesionalidad y su amabilidad, y salí del laboratorio con una sonrisa (¡y un bracket!) renovada.
A pesar del susto inicial, la experiencia en Laboratorio Dental Trasancos fue muy positiva. Me atendieron con rapidez, eficacia y un trato excelente. Sin duda, ya sé dónde acudir si vuelvo a tener algún problema con mi ortodoncia.
¡Y ahora, a seguir cuidando mi sonrisa!