El primer paso hacia la nueva vida de la casa del pueblo


La vieja casa del pueblo, cargada de recuerdos familiares pero también del peso de los años, llevaba tiempo reclamando atención. Para su propietario, residente habitualmente en Vigo, la idea de una reforma llevaba meses rondando su cabeza, pero convertir ese pensamiento en acción requería un empujón definitivo. La estructura de piedra, el tejado antiguo y las instalaciones obsoletas necesitaban una intervención seria para devolverle el esplendor y adaptarla a las comodidades actuales sin perder su esencia rústica.

Tras valorar diferentes opciones y consciente de que un proyecto de esta envergadura necesitaba manos expertas, decidió buscar una empresa especializada. Su investigación le llevó a considerar varias compañías en la provincia. Aunque Vigo cuenta con excelentes profesionales, algunas de las referencias más sólidas para el tipo de rehabilitación que buscaba –respetuosa con la construcción tradicional gallega– apuntaban hacia una empresa de reformas en Pontevedra. Quizás por la proximidad a muchas zonas rurales con este tipo de edificaciones, o por una especialización cultivada, varias firmas pontevedresas parecían tener una reputación destacada en este nicho.

Finalmente, después de revisar portafolios de trabajos anteriores y leer opiniones de otros clientes, seleccionó una empresa que le transmitió especial confianza. Así, en esta jornada de lunes, 14 de abril de 2025, tomó el teléfono. Con el número marcado y una clara visión de lo que quería transmitir, realizó la llamada que supondría el inicio real del proyecto.

Al otro lado de la línea, una voz amable y profesional atendió su consulta. El propietario expuso brevemente la situación: la ubicación de la casa en un pueblo de la zona, su estado actual y su deseo de acometer una reforma integral, solicitando información sobre el proceso, disponibilidad y la posibilidad de obtener un presupuesto. Explicó que, aunque él residía en Vigo, la propiedad a reformar se encontraba en el entorno rural y quería contar con expertos acostumbrados a trabajar con esas características constructivas.

La conversación fue fluida y productiva. Desde la empresa mostraron interés inmediato y le explicaron los pasos habituales, comenzando por una visita técnica a la propiedad para evaluar in situ el alcance de los trabajos necesarios. Acordaron una fecha tentativa para esta primera inspección durante la semana siguiente. Al colgar, el propietario sintió que la rueda por fin empezaba a girar. Había dado el primer paso tangible, contactando con los profesionales de Pontevedra que, esperaba, transformarían su querida casa del pueblo.